Rayos X
La radiografía es una técnica diagnóstica rápida, segura y fácil de realizar. Consiste en la obtención de imágenes de zonas del cuerpo, que necesiten ser estudiadas, a través de la impresión de placas fotográficas con una mínima cantidad de radiación, que pasa por la zona del cuerpo en estudio, la cual se posiciona entre la placa y la fuente de rayos x. Cada tipo de tejido del organismo deja pasar cantidades distintas de esta radiación, por lo que la placa se impresiona con más o menos intensidad en cada zona, según el tejido que tiene delante, permitiéndonos así obtener una imagen de la composición interna de la zona estudiada. Las radiografías permiten descartar o diagnosticar fracturas óseas, tumores, quistes, o infecciones entre otras causas de enfermedad.
La realización de una radiografía expone al cuerpo humano a una cantidad mínima de radiación, esta técnica está sometida a rigurosos controles que buscan reducir el tiempo de exposición, la cantidad de radiación, y la utilización de tipos de radiaciones de menor riesgo. La exposición a rayos X siempre conlleva riesgos, por lo que las radiografías se deben realizar cuando son estrictamente necesarias, las mujeres embarazadas deben evitar las radiografías, ya que los rayos X representan riesgos mayores en los embriones.
Cuando se va a realizar una radiografía, se debe quitar cualquier objeto metálico de la zona a radiografiar.